Todos los ciudadanos que habitan en esta ciudad trabajan en distintos puestos para impulsar el crecimiento de la misma. No existe el paro ni nadie que controle el mercado. La gente consume a la vez que gana dinero. No existe el ahorro a largo plazo.
Los transportes no contaminan. Todos van en transporte público (que está perfectamente conectado con el trabajo), o por el contrario, se desplazan en bicicleta.
La ciudad perfecta cuenta con una gran playa, a la que le acompaña un fabuloso clima para tomar el sol y bañarse, al final de un frondoso bosque. En el nacimiento del bosque existen numerosas cordilleras dónde siempre hay nieve para hacer deporte, y sol para los menos aventureros.
No existe el tráfico ni el estrés, ni ruidos de obras ni ambulancias. Sólo el sonido de la gente hablando, niños riendo, el sonido de los animales, del mar, del viento… Todo es perfecto. La ciudad es pequeña por lo que los ciudadanos gozan de una estupenda sanidad y seguridad.
En Navidad las calles se llenan de adornos y turistas que hacen crecer aún más la ciudad. El clima durante este período no es muy frío y permite disfrutar de algunos días de nieve.
Por la mañana, por todas las calles se puede oler a pan recién hecho de las numerosas panaderías y pastelerías que se distribuyen por esta ciudad. Y por la tarde, los niños juegan en la playa, dónde están los mejores atardeceres, o en el bosque, dónde se puede disfrutar de una gran tranquilidad y una estupenda forma de evadirse del trabajo.En la ciudad ideal no existe la delincuencia y la gente deja abiertas sus casas o a sus hijos sin ningún tipo de preocupación.